Una y otra Pascua –la de Navidad y la de Resurrección– son los dos grandes ejes del año cristiano. Y aun de la vida cristiana, ya que en ellas se encierra cuanto hemos de creer, amar y esperar. Ambas representan el punto máximo de proximidad de Dios a la historia de los hombres. En realidad no son Pascuas, ya que Pascua significa «paso» y una y otra son el quedarse de Dios entre nosotros. En la Navidad porque se hace carne. En la de Resurrección porque triunfa definitivamente de la muerte para vivir siempre glorioso. Léanse estos monólogos y se advertirá cómo en los protagonistas de la Navidad y de la Resurrección andamos escondidos nosotros mismos. Todos llevamos encima un poco de la incredulidad de Tomás y de la ingenuidad de los pastores. Todos andamos entre la fidelidad de María y la cobardía de Pilato. Sus sentimientos son los nuestros.
Publicada con el mismo título por primera vez en: Narcea, Madrid 1982.
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