Edición preparada por Manuel Garrido Bonaño.
Luis de Blois (1506-1566) es uno de los grandes maestros clásicos de la vida espiritual. Procedía de una familia nobilísima. Todo lo dejó para ingresar en la abadía benedictina de Liessies (Bélgica), de la que fue nombrado abad a los veinticuatro años de edad. La doctrina espiritual de Luis de Blois se funda en una gran devoción a Cristo, basada en los hechos y palabras del Evangelio. Otro aspecto de su enseñanza es la presencia de Dios en el alma, como fuente inagotable de gozo espiritual. La intención que anima sus escritos consiste en llevar a las almas a los grados más altos de la vida interior. Un mensaje que dirige a todos los cristianos, pues todos estamos llamados a la perfección. Uno de los rasgos característicos de su pensamiento es su visión optimista de la vida cristiana; un optimismo que en nada aminora o debilita las exigencias del Evangelio o la tensión del alma a las cumbres de la perfección. Es maestro que enseña con gran sentido pedagógico, penetrado de unción y entusiasmo, a corresponder a los impulsos de la gracia y al amor de Cristo. En este sentido, es uno de los grandes precursores de la devoción al Corazón de Jesús.
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