Por su densidad, las páginas de este libro se prestan, más que a una apresurada lectura, a una meditación sosegada. Si el lector lo hace así, verá cómo, al pasar la última página, le quedará una doble sensación. Una sensación dulce: por haberse topado de repente, sin imaginárselo, con una de las santas más grandes de nuestro tiempo (además de una de las más grandes maestras y heraldos de la vida interior). Y una sensación menos dulce al constatar lo poco conocida y apreciada que es su doctrina espiritual. Y, como fruto de todo ello, es posible que en el ánimo del lector brote espontáneamente este vivo deseo: que los papas se decidan, a no tardar mucho, a conferir el título de Doctora de la Iglesia a esta mujer excepcional. Y no porque ella lo necesite, sino para hacer más visible y eficaz la profecía que, poco antes de morir, lanzó con estas palabras: «Me parece que en el cielo mi misión será la de atraer a las almas, ayudándolas a salir de sí mismas para adherirse a Dios por un movimiento simplicísimo y amorosísimo, y guardarlas en ese gran silencio interior que permite a Dios imprimirse en ellas, transformándolas en sí mismo».
Vicente Martínez-Blat (Valencia, 1936), carmelita, es doctor en Teología con especialización en Mariología. Fue misionero en Centroamérica y Burkina Faso durante varios años. Actualmente se dedica a la difusión de la espiritualidad carmelitana. Ha publicado una docena de libros en diversas editoriales, cinco de ellos en la BAC, en concreto, la traducción de las Obras completas de Santa Isabel de la Trinidad, en 2020.
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